domingo, julio 22, 2012

Entrevista de Zoé Valdés a Mari Paz Martínez Nieto, presidenta de Asopazco o Asociación para la Paz Continental

Nota del Bloguista

Juicio del Teniente Coronel del Ejército Jesús Sosa Blanco. La sentencia de esa farsa judicial ya estaba ordenada: fusilamiento


Fusilamiento del Coronel Cornelio Rojas, jefe de la Policía Nacional de la ciudad de Santa Clara. El juicio sólo duro 10 minutos y la sentencia también ya estaba ordenada.

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Tomado de http://asopazco.net


Mari Paz Martínez Nieto “en los zapatos del otro”.

Entrevista de Zoé Valdés
19/07/12


Desde que conozco a la activista por los DDHH Mari Paz Martínez Nieto, presidenta de Asopazco (Asociación para la Paz Continental), desde hace ya varios años, jamás la he visto negarse ante una demanda o ayuda a un exiliado cubano que verdaderamente tenga que ver con la política. Es conocida su larga trayectoria en la lucha por los los DDHH en el mundo, y particularmente en Cuba. Es una persona franca, informada, cultivada, y muy atenta y curiosa de todo lo que pueda enriquecer el debate, la polémica, y al mismo tiempo que sea provechoso para las personas que necesitan de los que vivimos en el mundo libre. Para mí, esta mujer de mirada transparente, de conversación amena, y rapidez envidiable, es un ejemplo.

ZV: -¿De qué parte de España eres? ¿Cómo transcurrió tu infancia y tu juventud?

MPMN: -Nací en Madrid, y he vivido siempre en esta ciudad. Mi infancia la recuerdo muy feliz, rodeada de primos y hermanos. Mi madre murió cuando yo tenía 13 años, eso me convirtió en la hermana mayor prematuramente, pero recuerdo que la ausencia de mi madre amoldó mi carácter un tanto brusco y muy independiente y me acercó a mis hermanos, amigos y familia; y esa cercanía la he cuidado y mantenido hasta el día de hoy. He extrañado a mi madre cada día desde entonces. Hoy la extraño mirando a mis nietos.

Jugando con los primos en un cajón.

ZV: -¿Qué estudiaste?

MPMN: -Estudié enfermería. Tal vez porque mi padre no pudo ser médico, porque interrumpió sus estudios debido a la Guerra Civil, y su frustración por no haber podido ser médico siempre se comentaba en las conversaciones familiares. No puedo recordar cuantas veces le pedí a los Reyes Magos un botiquín, con fonendoscopio, pinzas y jeringuillas para poner inyecciones. Fue desde siempre mi mejor regalo de Reyes.

Nunca quise sin embargo ser médico. Cuando fui a matricularme en la Universidad en la misma “cola“ mientras esperaba turno, alguien dijo : “Y ahora a estudiar muchos años hasta que podamos ver el primer enfermo”. En ese momento pensé que mi vocación era estar cerca de los enfermos, yo quería curar heridas, poner inyecciones, estar al lado del que sufre …. Y me matriculé en Enfermería. Desde los 5 a los 13 años estudié piano y guitarra.

ZV: -¿Cómo viviste la época franquista?

MPMN: -Cuando Franco murió estaba casada y tenía dos hijas. Antes estudié, viajé, hice teatro, me divertí, y alguna vez me tocó protestar y gritar pidiendo libertad. Sinceramente no puedo apuntar a mi haber ningún hecho significativo como disidente político.

ZV: -¿Desde cuándo empezaste a interesarte por Cuba y por los disidentes cubanos? ¿Has viajado a la isla?

MPMN: -La primera visión que tengo de la Revolución cubana es la de mi padre apagando la TV y casi gritando : “¡Este hombre ( Fidel ) ha llevado a Cuba a la barbarie!”. TVE estaba televisando el fusilamiento de Sosa Blanco, no estoy segura, lo que sí recuerdo es que aquel sombrero volando tras los disparos del pelotón se me quedó grabado para siempre.

Sí, he viajado a la isla. En 1988 tras la visita de la ONU a Cuba solicitamos permiso del Grupo de Embajadores que había pedido nuestra ayuda, con testimonios de la disidencia y de los presos políticos. Para preparar su visita les entregamos una carta en la que señalábamos que habíamos decidido conocer a la gente a la que defendíamos, a las personas que enviaban sus denuncias a nuestras oficinas para que nos convirtiéramos en el eco de sus demandas. Queríamos conocer el paisaje y el paisanaje de ese país para el que pedíamos cambios, solidaridad, libertad y democracia.


Con los nietos


Nos dieron el OK en Ginebra, sede la Comisión de Derechos Humanos y partimos de Madrid con la Senadora Loyola de Palacio, el Senador Javier Cámara, periodistas de distintos medios, dos representantes de Alemania de la Internacional de Derechos Humanos, una activista de Asopazco Suiza, uno de Asopazco Italia, y yo.

No pasamos del aeropuerto. Allí nos prepararon un auténtico acto de repudio y nos deportaron no sin antes insultarnos, registrar y destrozar todos los equipajes, en fin, ya sabes… El mismo día llegaban a la isla nuestros compañeros de Argentina, Perú, Brasil, Uruguay y Honduras, ellos también fueron deportados, a Buenos Aires, pero el trato fue menos violento.




Durante una manifestación

ZV: -Uno de los presos con el que más has trabajado, desde hace años, es con Armando Valladares, ¿qué fue lo que te impresionó de su historia?

MPMN: -Armando Valladares, su esposa Martha, sus hijos, son ya parte de mi familia. Armando Valladares me dió la oportunidad de conocer la auténtica realidad del pueblo de Cuba y me mostró la forma de luchar por su libertad.

Su libro “Contra toda esperanza” cambió radicalmente la relación de muchos intelectuales europeos respecto a Cuba. Y facilitó nuestro trabajo sin ninguna duda.

ZV: -¿Qué comparación harías entre Franco y los Castro?

MPMN: -Odio comparar a uno y otro dictador. Como respuesta es difícil. Prefiero darte unos datos: Franco era al comenzar la Guerra Civil el general más laureado de Europa. Castro era un líder estudiantil no muy popular de pistola al cinto. Franco murió en la cama, es verdad tras cuarenta años de régimen autoritario y falto de libertades individuales. A su muerte España estaba mejor que cuando él llegó y pudimos hacer una ejemplar transición a la democracia. Castro se ha convertido en un coma-andante y su régimen en una dictadura dinástica que augura una muy difícil transición hacia la democracia. Pero es un análisis muy simplista para un tema tan complejo. Por eso, Zoé, me resisto a responder a esta pregunta que por cierto me hacen con suma frecuencia. No hay dictadura buena.


Manifestación por las mujeres opositoras cubanas

ZV: -Has escrito varios libros sobre tu trabajo como defensora de los DDHH en los que destaca tu labor en el caso de la isla, ¿qué otros casos te han mantenido en vilo, no te han dejado dormir?

MPMN: -Quise conocer Argentina recién acabada la Dictadura militar. El Chile de Pinochet, Paraguay con Stroessner y viaje también a Brasil y a otros lugares de Hispanoamérica, porque para todos ellos había defendido la exigencia de derechos humano. Sólo en Cuba tuve problemas, me expulsaron violentamente desde el Aeropuerto José Martí y me declararon “persona no grata de por vida ” Espero que sea de su vida y no de la mía, porque sueño con volver a una Cuba libre.

Otros casos: De forma muy especial porque conocí de cerca a alguno de sus protagonistas en la ONU, me quitó el sueño la hambruna terrible de Etiopía, ocasionada por aquel tirano que se llamó Mejistu Haile Mariam, cuyo ejemplo fue siempre el castrismo. La guerra en Yugoslavia por la inoperancia insufrible de Europa, y siempre y cada día, el terrorismo de ETA.


Con Carlos Franqui

ZV: -Es sabido la relación cultural de España y Cuba, pero en los últimos años, qué dirías tú que une al pueblo español del cubano?

MPMN: -Siempre he creído que españoles y cubanos éramos muy parecidos. Comemos comidas muy semejantes, rezamos al mismo dios, hablamos la misma lengua, defendemos a la familia con la vida… Aunque si te digo la verdad, últimamente extraño comportamientos en los cubanos en relación a los que llegan ahora a España desde la isla. Sólo lo disculpo porque al fin y al cabo son supervivientes de una sociedad sin valores, con un futuro incierto, viviendo en una dictadura que dura ya 53 años y parece instalada en la mente de la mayoría de ellos. Si no fuera porque creo que es un período tan largo que más que madurar conciencias ha conseguido pudrirlas, el juicio sobre la situación que soportan sería mucho más severo.

ZV: -¿No crees que si bien ha habido personas como tú que se han solidarizado con el pueblo hay otras que se han aprovechado de la opresión para beneficiarse?

MPMN: -Por supuesto, me indigna y no imaginas de qué forma, todo aquel que llega a Cuba buscando sexo joven, negocios sucios, y cuando se lo reprochas responden: “Bueno pero los cubanos son felices, se les ve contentos…” Me repugna este comportamiento. Esta conciencia selectiva es asquerosa.

Con Miguel Cantón (26 años en las prisiones de los Castro), en la Oficina de Asopazco, en Madrid

ZV: -¿Cómo has podido conocernos tan bien? Porque creo que eres una de las personas que mejor conoce a los cubanos… ¿Qué te atrae de nosotros y qué te disgusta?

MPMN: -Nunca me he parado a pensar si los conozco muy bien… Yo llevo más de 27 años en esto, y aunque he leído mucho sobre Cuba, Martí me fascina ( sobre todo sus discursos políticos ), creo que todo lo que sé de los cubanos lo he aprendido escuchando.

Escuchando problemas casi siempre, pero intentando “calzarme los zapatos del otro” y así he hecho míos los problemas de aquellos que esperaban de mi algún tipo de solución. Debo decirte que muchas veces hemos encontrado el remedio para el problema, y eso es muy gratificante.

Me atrae de los cubanos su sentido artístico, su música, su baile, su pintura y su poesía…

Detesto su facilidad para convertir la diversidad de criterios en bronca con insultos personales y descalificaciones. Creo que es parte de la herencia española, así que estoy bastante acostumbrada a esos comportamientos.


Foto salvada de la requisa: Los militares que expulsaron a la Delegación en la que iba Mari Paz Martínez Nieto, en el aeropuerto José Martí. Autor de la foto el periodista Salvatore Napoli

ZV: -Han pasado más de 53 años y por lo que se ve todavía a los cubanos les cuesta hacerse comprender por el resto del mundo.¿Qué hemos hecho mal?

MPMN: -Seguro que hemos mal muchas cosas. Hay que ser humildes aunque cueste reconocerlo. En 53 años no hemos sido capaces de “sacar” a los Castro de Cuba, y ellos han echado a muchos al exilio, a otros a las cárceles, y han arrastrado a cientos al paredón, destruído familias, paisajes y patrimonios.

Los primeros exiliados pensaban regresar en poco tiempo, los siguientes echar de Cuba a lo tiranos, los últimos en conseguir como sea la salida, y muchos de estos, dando por perdido todo lo que dejan atrás, porque se niegan al retorno.

Sí, seguramente en algo hemos estado equivocados. En primer lugar, al pensar que nuestros problemas, perdón, vuestros problemas, deberían ser entendidos y atendidos desde fuera, por los “otros “. Y los “otros” eran los que no escuchaban.

Probablemente no valoramos el poder del enemigo, admitiendo la pasividad del amigo y la propia, ante el temor de parecer intransigentes y poco dialogantes.Y yo me pregunto: ¿por qué no la intransigencia ante el tirano? ¡Ojalá fueran muchos los intransigentes! El caso es que el tiempo ha ido pasando y las soluciones no parecen cercanas. Y en estos momentos después de tantos años echo de menos un liderazgo que marque algún camino, alguna idea, algún referente.


16 años en la ONU. Aquí se ve con el Padre Loredo, a su derecha, un poco detrás de ella

ZV: -¿Quedan esperanzas?

MPMN: -¡Claro! A pesar del desarraigo de muchos, otro éxito del régimen, la esperanza de ver a Cuba libre está en la mente de muchos cubanos. La libertad es un bien irrenunciable para el ser humano. Los cubanos no son diferentes.

ZV: -¿Qué te gustaría decir a la gente en Cuba?

MPMN: -¡Que no se rindan! Sé que es difícil mantener el tipo, entiendo que reclamen un futuro en libertad y lo busquen en cualquier lugar lejos de la isla. Sin embargo, y a pesar de que esta recomendación parezca egoísta, cuando lo pedimos desde fuera, es necesario que los cubanos entiendan que la libertad y los derechos fundamentales se conquistan desde dentro. Los que estamos del otro lado solo podemos y debemos, servirles de ayuda. El trabajo duro, el de la conquista real, les corresponde a ellos, a vosotros. Los cubanos de dentro no pueden esperar demasiado sin decir ¡basta! Y espero que encuentren formas de hacerlo para que no aumente el sufrimiento de todos; y los de fuera de la isla servirán de eco a sus demandas y como cuña apuntalarán sus acciones.


Mari Paz al centro con sus hermanas, en los extremos sus hijas